viernes, 23 de marzo de 2012

El gran hacedor (parte 4)

Para eso de las cuatro de la tarde hora local, las calles se encontraban llenas de gente que caminaba en distintas direcciones y con distintos propósitos, pero se mantenía una calma general en el ambiente frío típico de la mitad del otoño. Entre la gran multitud  Edmond caminaba apacible y contemplando la ciudad, sentía extraños emociones, se sentía tranquilo y en casa pero no reconocía ningún lugar, por lo que decidió caminar más por la ciudad, aún estaba a tiempo, pues el tren había llegado antes de lo que él creía anticipando su despedida con Marie y dejando una gran tristeza a la que le atribuía sus emociones actuales.
Llevaba consigo dinero de sobra, así que decidió darse un pequeño gusto, entró a una pequeña panadería y compró un dulce de chocolate que disfrutó desde la primera mordida hasta el final, como hacía nunca lo había hecho desde que tenía memoria; se sentó un momento, se había dado cuenta que desde que había llegado, se sentía muy alegre a pesar de haberse separado de su mujer. -Explícame vengativo y cruel creador el porque de no sentir la tristeza que mi corazón esperaba albergar, explícame cuales son los motivos de sentirme en casa en un lugar tan lejano.- pensaba mientras caminaba en dirección a la morgue.
Finalmente se encontró delante de un alto y gris edificio de notoria antigüedad, una construcción del estilo gótico bastante justo con la profesión que a su interior se llevaba a cabo.- Ahora que lo pienso bien, esta debe ser la razón de sentirme tan en paz, la muerte, estar tan cerca de la muerte a la que pertenezco debe ser.- pensaba mientras entraba al lugar. El salón de entrada era frío y la mujer de la recepción tenía una mirada igualmente fría que no cambió ni siquiera cuando el hombre se acerco a hablarle.
-disculpe bella dama estoy aquí en busca de alguien.-
-¿Cual es el nombre del difunto?.- respondió la mujer en un seco rumano sin la más mínima expresión de algún sentimiento.
-No es ningún muerto, sino el director de esta morgüe.- la mujer levantó la vista y clavó en Edward una mirada fiera y desconfiada.
-Así que quiere hablar con el señor Vladimir.-
-Exactamente.- respondió haciendose el desentendido ante la mirada de la mujer.
-El señor Vladimir nunca atiende gente, a menos a que sean amigos.-
-Pue yo soy un amigo de él.-
-Pues entonces pase, está en el tercer piso.-
-Muchas gracias.- el hombre avanzó confiadamente aunque en su mente se preguntaba el por qué de la facilidad con la que logró entrar.
Caminó tranquilamente por las escaleras de piedra, subiendo meditativamente cada peldaño hasta llegar finalmente al piso en cuestión. tocó en la gran puerta de madera de roble barnizado y esperó por la respuesta.
-Pase viejo amigo mío.- dijo una grave y profunda voz, en seguida Edward entró tímidamente a la oficina del hombre que se encontraba parado mirando hacia la calle a través de un gran ventanal en el fondo de la oficina, detrás de un escritorio de madera lleno de grandes libros de distintas materias.
-¿Señor Vladimir?.-
-Por supuesto, acaso no me reconoce amigo mio.-respondió el hombre en notoria burla.
-Bueno, es que está un poco cambiado y no me refiero sólo a su nombre señor Rasputin.-
-muy bien, ya veo que es usted muy directo y noto claramente de que al igual que yo, no pertenece al mundo de los vivos.-
-¿Cómo sabe usted eso?.-
-¿Como sabe usted mi verdadera identidad?.-
-Es usted alguien muy especial señor, por eso mi maestro me envió a hablarle.-
-pues seamos directos nuevamente, soy alguien muy ocupado, ¿que diablos quiere su maestro de mi?.-
-Quiere saber como hace usted para desobedecer a su maestro.-
-Interesante ¿y como diablos se le ocurrió enviarte a ti, sabiendo que puedes utilizar ese secreto para zafarte de él?.-
-No lo sé, creo que si me zafo me matará.-
-Bueno, eso no importa pues no tengo intenciones de decirte nada ni  ti ni a tu maestro, así que vete por donde has venido.-
-señor lo siento, pero esa no es siquiera una opción para mi, debo llevar el secreto a mi maestro por las buenas o las malas.- dicho esto se abalanzó contra el hombre que lo eludió fácilmente y que con un simple movimiento de manos frente al rostro de Edward lo devolvió a su forma putrefacta de muerto.

lunes, 5 de marzo de 2012

Capítulo III: Conociendo Gente (Parte 2)


Parte II

-Eso… fue muy fuerte, no necesitaba hacer eso… -comento Ginn no muy fuerte pero lo suficiente para que Erika la escuchase, nadie más se había atrevido a hablar-
- ¿Te parece? –Respondió Erika guardando su espada- da igual, la escuela tiene seguro… ¡oh! Te referías al estúpido ese, supongo que para alguien débil algo así es doloroso –dijo aquello usando todo el sarcasmo del mundo en su sorpresa- ahora sierren la boca y hagan sus grupos, tienen 10 minutos y luego explicare el trayecto –nadie se movía mucho al principio pero ante una profesora que se quedaba de brazos cruzados y apoyada en la pared sin hacer nada más que observarlos eventualmente comenzaron a hacer lo que decía-
-¿Entonces formamos grupo nosotros 6? –Preguntó Amy con una voz serena, de alguna forma Ginn sentía un aura maternal de ella, los demás asintieron- bueno entonces hay que buscar… -su voz serena se corto al ver quien había aparecido-
-Hola chicos, ¿podemos unirnos a su grupo? –una chica de pelo largo y figura delgada apareció de frente a la mesa de Matilda la cual quedo algo sorprendida y observándola fijamente, la alta figura de la joven cayó sobre su mesa cuando esta apoyo sus dos mano sobre ella, sin embargo ante la sorpresa de Matilda la joven me brindo una sonrisa alegre que hacía parecer que la muchacha tenia demasiada energía que gastar, junto a ella estaba otra joven cuya figura serena casi no se notaba, al contrario del pelo liso y castaño de la joven animada, la chica detrás suyo tenía el pelo algo más corto y rizado, aun siendo bastante bonita su cara era apagada y de alguna forma parecía falta de vida y brillo, con una piel tersa como la seda y blanca como la nieve a Ginn le dio la impresión de estar viendo una muñeca, aun así prefirió no intervenir-
-Si a los demás no les molesta claro que si –respondió enseguida Levi riendo un poco, se había identificado inmediatamente con la energía de la joven- soy Levi ¿y tú?
-Se llama Lórien… -dijo Amy- es una vieja conocida
-Me alegro de volverte a verte Amy –respondió Lórien inmediatamente- ¿entonces todos de acuerdo? Porque la verdad no tenemos grupo –se rio bastante, Matilda ya había perdido interés en ella-
-¿Puedes salir de encima de mi mesa por favor? Me molesta que toquen mis cosas –dijo Matilda- si quieres puedes unirte a nosotros, pero no seas una molestia
-Genial gracias –le sonrió y tomo a la chica detrás suyo empujándola hacia el frente- esta es mi amiga Sofía, es algo tímida así que les pido la traten bien
-Mi nombre es Sofía, mucho junto –hiso una pequeña reverencia, a diferencia de la mayoría de las chicas de la clase Sofía llevaba falda en vez de pantalón lo cual sumado a su camisa holgada daba la impresión de estar usando un vestido, Ginn no podía dejar de pensar que le daba una sensación extraña por lo que se acerco a ella-
-Mucho gusto, soy Ginn –le sonrió y le extendió la mano para saludarla- espero nos llevemos bien
-… -la chica observo la mano de Ginn con algo de duda pero finalmente le extendió la mano- gracias, es un placer –Ginn tuvo un pequeño escalofrío, la piel de la joven era definitivamente más tersa que cualquier otra que hubiese tocado y emitía muy poco calor, cuando se soltaron Ginn quedo observando su mano un momento lo cual Erika percato, al fin y al cabo siempre mantenía a Ginn en el rabillo del ojo
- Muy bien el tiempo terminó, siéntense junto a sus grupos y les explicaré lo que tienen que hacer, van a ir a este sector…
                30 minutos después el grupo de Ginn estaba en el bosque explorando, como era una zona salvaje Ginn, Levi y Lórien avanzaban vigilando alrededor por cualquier peligro mientras los demás tomaban notas de las setas silvestres y plantas comestibles y medicinales, la más maravillada por todo aquel paisaje era Lórien quien se movía por todos lados haciendo comentarios alegres mientras Amy solo observaba su entorno con una gran paz en los ojos, se notaba que disfrutaba de las plantas, su paz solo era perturbada cuando Lórien decía algo momento en el que apartaba la vista y comenzaba a tomar algunas notas
-Esto es genial, nunca había venido a este bosque con más gente Jejeje –dijo Lórien
-¿Entonces habías venido antes sola? –pregunto Ginn curiosa
-Claro, Sofía vive por aquí, de hecho su casa no queda lejos mmm ¡yo diría que como a 10 minutos hacia allá! –dio un pequeño salto y apunto hacia el oeste- que les parece, ¿quieren ir? –pregunto ahora con una expresión de travesura en la cara
-Claro que no, estamos en una misión en este momento, no tenemos tiempo para visitas sociales –protesto Matilda-
-¡Oh vamos! El padre de Sofía es artesano, les gustara su casa –sonriendo-
-Vamos Matilda, no creo que sea un problema, ya casi terminamos, en los diez minutos de camino es más que suficiente para ello, si a Sofía no le molesta me gustaría conocer su casa, nunca he visto un taller de artesanías –Sofía no había hablado en todo el viaje y mucho menos ahora que hablaban de ir a su casa, le daba algo de vergüenza, sin embargo ante la cálida mirada de Ginn por un momento sintió que era lo correcto
-Por mi está bien... si no les molesta, a mi padre le gustara que vaya gente a la casa y así les muestre la tienda… creo –dijo algo nerviosa- la verdad nunca h llevado gente a mi casa… Lórien simplemente apareció…
-Jajaja si recuerdo eso, me perdí y llegue a su casa, me gustó tanto que seguí yendo todos los días, cada semana le compro a su padre algo nuevo para adornar mi habitación, así no tendré que seguir yendo tan seguido para apreciar su arte
-Eso es cruel Lórien, tu amiga pensara que no vas para verla a ella –comentó Levi-
-Jajaja ella sabe que la quiero más que a “esas” artesanías jajaja -10 minutos después ya estaban fuera de la casa, Sofía tocó la puerta antes de abrirla y entrar
-Padre, regrese un poco temprano, ¿estás en casa?
-¿Sofía? –Respondió el padre que estaba en la cocina- ¿terminó la academia tan temprano?... oh
-Padre estos son mis compañeros de la academia –el estaba en la puerta de la cocina ahora observándolos- nos enviaron a un entrenamiento de observación aquí cerca por eso vine con ellos que quisieron saludarte… -Ginn sintió algo extraño en Sofía como si estuviese agitada, se sentía como miedo
-Si son amigos de mi hija son bienvenidos en mi casa, pasen y pónganse cómodos, les traeré algo de jugo –fue hacia la cocina nuevamente
-Es muy amable como siempre señor Mosley –dijo Lórien
-Oh disculpa por no saludarte –dijo al volver con el jugo- no te había visto, ¿qué tal se porta mi Sofía en la academia?
-Padre por favor… no frente a más personas –interrumpió bastante avergonzada la joven- ellos vinieron para ver tu taller ¿podrías mostrárselo?
-Oh por supuesto –les entrego sus vasos llenos de jugo a cada uno y luego fue hacia una puerta- síganme por favor –abrió la puerta hacia un cuarto completamente oscuro, al encender la luz los jóvenes pudieron observar un espectáculo que ninguno de ellos había visto antes, todo el cuarto estaba repleto de repisas y en cada una de ellas ordenadas muy meticulosamente, algunas sentadas y otras de pie todas en alguna pose característica y sin repetirse ninguna, vestidas todas con elegantes vestidos se encontraban al menos dos docenas de muñecas hechas todas a mano y de diferentes tamaños