lunes, 13 de agosto de 2012

Gran hacedor (parte 7)

-Simplemente superó mis expectativas.-
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Una ventisca helada recorría la extensión del cordón montañoso, apegada a la superficie rocosa como un manto de seda que suavemente es retirado, el cielo estaba despejado y el sol se encontraba a esa hora en su punto de máximo esplendor, al borde de un acantilado estaban los dos sujetos con la vista puesta en el horizonte y el rostro serio. Por su espalda estaba llegando un hombre anciano ayudado por su bastón, se acercó sin sutileza a ellos y golpeó el bastón en el suelo para llamar su atención, quedó luego mirándolos hasta que estos se dieron media vuelta.

-¿cuanto tiempo Cipriano, como sigue la vida, si es que aún estás vivo? Señor Rasputín o Vladimir, como tu desees, buenas tardes, que interesante esta casualidad del destino de encontrarnos justo en la mismo montaña, al parecer no fui sólo yo quien considero que era un buen lugar de paseo.- Rasputín sólo se limitó a hacer un gesto con la cabeza.

-Ha sido bastante ha decir verdad y yo esperaba nunca tener que volver tu cara otra vez y sí, aún estoy vivo.-

-Vamos, no seas injusto conmigo hermano, que he echo yo para merecer tu desprecio.- le dirigió a ambos una macabra sonrisa que se exaltaba con la desfiguración y languidez de la piel vieja

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-Creo que simplemente descartamos muy rápido su inteligencia.-
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-Bueno, creo que ustedes me deben algo señores.-
-¿qué te debemos a ti?, hijo de los condenados.- dijo enfadado Rasputín
-No creas que soy un idiota, nigromante muerto, el dueño de la llave de la libertad, eso es algo muy poderoso no crees, por que no simplemente compartirlo conmigo y ya, no tenías para que matar a mi querido esclavo.-
-A pesar de la apariencia imbécil de aristócrata inglés que le quisiste dar, sigue siendo el mismo demonio por dentro, no se como creías que pasaría por alto la esencia de Marko, fue una mala jugada.-
-¿Tu crees?, pues me trajo hasta ustedes y según siento o mejor dicho no lo hago, dos pájaros de un tiro, sabes muy bien que un revivido vuelto al sueño eterno no se puede despertar.-
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-¿quién lo diría?.-
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-Esta cima es un vínculo entre el mundo de los muertos y los vivos.- Dijo una tosca y ronca voz, al instante el anciano del bastón se giró y tras él se encontró con una mirada que clavó en el fondo de su mente, una mirada de oscuridad que no conocía de impedimentos para ingresar en el alma de cualquier persona, un hombre alto y de porte solemne, de cabello oscuro como la noche y facciones gruesas.
-Marko...- dijo el anciano

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-¿De verdad este es el final de todo?.-
-no, es el comienzo del infierno.-
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-Tu poder como maestro no tiene relevancia, me temes de verdad.- mientras decía esto se acercaba al anciano, lentamente, con la mirada fija en él.
-¿Sabes hermano?.- dijo Cipriano con una marcada sonrisa de satisfacción.- la forma para que un muerto se libere de su maestro es acabando con la vida de él.-
-Soy libre de este mal nacido.- gruñó Marko mientras clavaba la vista y en el otro anciano.- me teme.- sonrió

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-Todo iba bien.-
-Para mí.-
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-¿Entonces no piensas matarlo?.- Dijo Rasputin y al instante el anciano aludido soltó una carcajada estrepitosa.
-Creo que les salió mal su plan jóvenes.- gritó sin parar de reír.- ¿creen ustedes acaso que yo no sabía que esto pasaría?¿creen que esto no era parte de lo que yo tenía planeado desde hace muchos decenios?.-

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-Al parecer el verdadero tonto fui yo.-
-Sí, lo fuiste y yo te seguí malamente, creí que eras el mejor adivino.-
-Todos tenemos un límite.-
-¿Todos?.-
-Casi todos.-
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-Rasputín, tu traición la puedo perdonar, a decir verdad me abriste camino a una nueva vida, o muerte por así decirlo, bastardo.- sonrió macabramente.- Pero tú viejo Cipriano, tú le diste la clave de la liberación a mi esclavo y te escapaste sin dejar rastro, que lastima que no contabas con que este viejo rastrero te traicionaría .-
-¿qué quieres decir?.-
-Nada de esto es al al azar, no me pude librar de mi muerte, pero tenía a alguien para devolverme a la vida.-

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-Fue una mala idea desde el principio, te lo dije, fue un error de cálculos todo.-
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-¡Que se levante el ejercito de los malditos!- gritó el anciano estirando los brazos hacia el cielo. En ese instante negras nubes cubrieron el cielo y el sol se puso rojo como la sangre; el aire, se volvió frío y una espesa neblina cubrió todo; un temblor rompió el suelo en el que hallaban y del agujero comenzaron a salir negros seres de orejas puntiagudas y ojos amarillos, chillaban agudamente, como si el hecho mismo de existir fuera doloroso. Innumerables seres de estos salieron y deambulaban en cuatro patas, unos pocos poseedores de alas lo hacían por el cielo.
-El.. ejercito... .- dijo Rasputín.- Los guerreros caídos y las almas devoradas fortalecen a los demonios alados, que la sangre y el fuego sean el tributo y mi enemigo el alimento, ¡Dermanis, Fermandi!.- Del cuerpo del nigromante comenzó a emanar una nube negra que a medida que avanzaba cobraba una forma de huesos que al irse armando formaron dos gigantes dragones, del tamaño de unos treinta hombres cada uno, con roja luz en el lugar del corazón y los ojos, ambos se posicionaron sobre su invocador.-

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-Fue una buena batalla.-
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Los dragones emprendieron el vuelo y fueron enseguida atacados por los demonios alados, haciéndolos caer fuertemente, en ese instante los engendros se abalanzaron sobre los dragones y mordisquearon los negros huesos. Una sacudida bastó para liberarse de sus opresores y un espeso fuego verde salió de sus bocas y se esparció por todo el lugar alcanzando incluso al viejo y a Marko.

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-¿Deténganse?.-
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-!Deténganse todos ustedes imbéciles!.- gritó Marko, quien no tenía ningún rasguño ni seña de las llamas. Su grito fue un alarido más fuerte que un trueno y logró hacer que las bestias se detengan en ese preciso instante - Ahora dejen sus payasadas y sean libres.- concluyó
-¿Qué dices Marko?.- preguntó el viejo.-
-Ya oíste idiota, este es el encuentro de los dos mundos, aquí no hay amos ni maestros más que el temor, ahora paga por llevarte mi ejercito.- apenas dicho esto y antes de que el anciano logre decir cualquier cosa, fue atacado por los demonios. -Tú, hermano, ríndete ante mi voluntad y te perdonaré la existencia.-
-Marko...-
-Demoraste mucho.- uno de los dragones se abalanzó sobre el nigromante, pero antes de poder arrancarle la cabeza, éste explotó en una nube negra que se esfumó en el aire -Sólo quedamos nosotros querido Cipriano, maldito traidor, serás castigado como corresponde... vamos...

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-....-
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domingo, 12 de agosto de 2012

el flojo

Suena el despertador a las cuatro maoma y con cuea abre un ojo
apaga el weón flojo y sigue durmiendo
No le trabaja un día a nadie y no se le atormenta el pensamiento
ni siquiera come pa poder dormir
es que el cara dura se cansa de puro vivir

El viejo lo levanta de un solo grito
se aburrio del vago y le pide que vaya a un trabajo
que ya está bueno el leseo, si no aporta ni en la casa
o se aplica con una pega o empiesa desde abajo

Ya levantate y anda a comer algo
Después anda a arreglarte
Te pegai una buena ducha
que hoy van a contratarte

¿Qué pasa, qué hora es?
Porque me viene a despertar
tenía un sueño muy pulento
¿acaso dijo algo de trabajar?

Son las cuatro de la tarde
y tu sigues ahí hechao
Antes eras un buen cauro
No se que cresta te habrá pasao

Pero viejo que onda
si no necesitamos más moneas
pa' que voy a trabajar
No se ponga como las weas

Si no se trata de la plata weón oh
sino de que no eres responsable
ayudarás un poco a la vieja si quiera
sería algo más pasable

Acaso no se da cuenta de que me canso
Estudio caleta toda la semana
Si usted me obliga a trabajar
Se me van a ir todas las ganas

Cuando hay estudiao vo'
Si eris más flojo que la mandíbula de arriba
Antes de que me enoje mejor
Ponte a hacer algo por tu vida

Pucha pa que le pone color oh!
Si ya le dije que no puedo trabajar
Acaso a usted no le importa
parece que me quiere explotar

Más respeto con tu padre cabro de mierda
no se que chucha te creí'
explotar al caballero
no lavai ni el plato dónde comí'

Ya, ya, ya, tranquilo
no se altere tanto
se me fue un poco la mano
que tal, ¿si nos vamos calmando?

Como querís que me calme
No pensai en tu futuro acaso
si seguís siendo así de flojo
vas a ser siempre un fracaso

Yapo papi, no se ponga en esa
igual tiene razón, voy a cambiar
ahora mismo me levanto,
y altiro me pongo a ayudar

Taría harto bueno eso,
pero a la pega vas igual
si te la conseguí con un amigo
esforzarte no te hará mal

yapo viejo, no se ponga así
por favor no me haga ésta
llame y diga que se cancela todo
acaso, ¿tanto le cuesta?

No lo veai tan mal weón
Si esto te va a servir,
vai a tener tu propia plata
así aprenderás a vivir

Supongo que ya está decidido
y que no tengo otra más que acatar
ojalá tenga razón
ya, me voy a duchar

Esa es la actitud hijo mío
Te voy a calentar la comía
Por fin vas a dejar de ser un flojo de mierda
este es un gran día.

Ya, a levantarse mierda!!

Gran hacedor (parte 6)

-Ha llegado el momento, como va el entrenamiento de Marko.-
-Bien, ya ha logrado dominar su nueva fuente de energía.-
-Tal como lo esperaba, son muy parecidos ustedes.-
-Pero aún no le enseño a utilizarla efectivamente.-
-De eso me encargaré yo, no necesitamos enseñarle hechizos ni mucho menos, hay que hacerlo recordar.-
-¿Qué? Acaso estás loco, crees que nos ayudará si recuerda su vida.-
-No tenemos otra opción, él ya está en camino, no nos quedan más de tres semanas.-
-En ese tiempo podemos enseñarle suficiente como par que nos ayude en una batalla.-
-No nos podrá ayudar si no es capaz de salir de tu casa, por sí solo tiene el poder de quitarse el control de encima.-
-Pero nada nos dice que nos ayudará.-
-¿Tú lo odias?
-Por supuesto que sí, si aún está existiendo no es más por favor hacia ti.-
-exacto, que te hace pensar que el no sentirá lo mismo.-
-Claro, pero cuando acabemos con su creador intentará hacer lo mismo con nosotros.-
-Por favor Raputín, somos dos contra él, por más que recuerde quién es no podrá nunca con nosotros.-
-A menos...-
-¿A menos qué?.-
-A menos que traiga a su ejercito de vuelta.-
-No lo conseguirá lo suficiente de rápido, además ya no es lo mismo que en aquellos años. Es inteligente, sabe ver el bien mayor, no nos traicionará.-
-Si tu lo dices, lo conoces mejor que yo.-
-Vamos, es tiempo de un reencuentro.-

-¿Desea algo para comer, señor? .-
-No, estoy bien así.-
-Señor disculpe que le insista, no ha comido en todo el viaje.-
-Ese no es asunto tuyo joven, ahora vete y dejame pensar tranquilo.-
-Si señor, lo siento mucho.- dicho esto, la puerta del camarote volvió a cerrarse y el joven continuó su camino.-
-Todo va como lo esperaba...-pensaba el viejo.

Cuando encontraron a Edmond, estaba sentado frente a un árbol, con los ojos cerrados en posición de loto, de su cuerpo emanaba un aura oscura que se hacía más intensa, repentinamente abrió los ojos y al instante el árbol comenzó rápidamente a marchitarse, sus hojas se obscurecieron y finalmente el árbol quedó muerto.

-Eres rápido para avanzar Marko, pero eso es algo que no me sorprende de ti.- dijo un hombre que salió tras otro árbol de más atrás, esta persona era alta y robusta, utilizaba una capa larga y negra y su cabeza estaba descubierta. Su rostro era grueso y serio, sus ojos penetrantes e inquisidores, marcada estaba la edad en su cuerpo, se notaba que era poseedor de una larga vida.

-¿Me habla usted a mi?.-
-Sí te habla a ti.- dijo Vladimir que apareció por atrás
-¿por qué me llama así?.-
-Ya lo sabrás, más pronto que tarde.- dijo el hombre frente a él
-Debes salir de aquí.-
-Pero si hago eso me va a descubrir.-
-Sí, pero ya no importará, vamos devolverte a quién eras cuando estabas vivo.-
-¿en serio y eso de que ayudaría?.-
-Larga historia que no vale la pena contar.-
-Creo que lo merezco.-
-Ya callate y no me hagas perder la paciencia, ahora sale de aquí.-
-Por que debo salir.-
-Porque él no puede entrar, está vivo.-
-Ya veo, pero aún sigo creyendo que no es una genial idea.-
-No me importa lo que tu creas, debes hacer esto si quieres matar a tu creador y que te ayudemos.-
-¿Por qué ahora estás tan dispuesto a colaborar conmigo?.-
-¿Para que voy a responder tus estúpidas preguntas, si las respuestas las obtendrás cuando recuperes tu memoria?.-
-Muy bien, muy bien.- Se levantó lentamente y caminó vacilante hasta los límites del círculo, con mucho temor caminó sobre el pasto hasta quedar frente al sujeto.
-Vámonos de aquí.-

El carruaje los condujo a unos lejanos montes, el camino era difícil y el movimiento lento; en el rostro de los hombres no se veía mucha preocupación y hacían parece como una situación cotidiana el extraño viaje que emprendían. A pesar de la tranquilidad del ambiente, Vladimir no le quitaba la atención a Edmond.

Pasaron las noches y días hasta que finalmente el carruaje se detuvo frente a una gran cueva, los individuos bajaron y el carruaje volvió por su camino. Se instalaron en la cueva que tenía unas lámparas colgadas que entregaban una atenuada luz, suficiente para iluminar dónde ponían los pies. Al fondo de la cueva, había un gran círculo con una estrella de once puntas y extraños símbolos en cada una, le ordenaron a Edmond que se sentara en medio de ésta y Vladimir tomó un maletín y salió caminando tranquilamente.

El hombre se sentó fuera de la estrella, frente a Edmond y lo miró fijamente; esa mirada entró rápidamente en la mente del muerto y de a poco todo se fue volviendo más obscuro, imágenes pasaban volando, lugares y personas que no lograba reconocer. Al principio aparecían muchas personas, sin mayor relevancia, sólo rostros fugaces que pasaban y pasaban, pero después de un rato de extrañas imágenes de gente, animales y lugares desconocidos, comenzaron a aparecer imágenes de la muerte, las mismas personas, animales y lugares, destruidos, la gente mutilada, imágenes de seres demoníacos ahora hacían aparición, el fuego lo rodeaba y podía sentir el calor de las llamas que brotaban en las paredes, se sintió rápidamente ahogado, pero no podía moverse, sabía que frente a él debía estar aquel hombre, pero no podía verlo, no sabía si sus ojos estaba abiertos o cerrados y comenzó a experimentar un sentimiento que no había sentido nunca, quería escapar, gritar, correr o llorar, pero estaba imposibilitado de cualquiera de estas cosas. Mientras que su mente buscaba una escapatoria, las imágenes no daban tregua y cada vez era peor y más real, seres de extrañas formas como los que vio al despertar de la muerte lo rodeaban y golpeaban; cuando parecía que iba a colapsar y desmayar todo cesó y se tornó negro, en esa oscuridad sólo aparecieron dos ojos grandes y rojos, ninguna silueta, ninguna cara, sólo los dos ojos en el vacío, fijos y penetrantes que no se apartaban de su mente. Pronto volvió el mismo malestar y las imágenes de la gente muerta, los demonios y el fuego, todo más intenso, más rápido más real y más familiar. De a poco se fue acostumbrando a la sencación -¿cuanto tiempo llevo en esto?, ¿es realmente importante? ¿qué demonios, por qué esto me atormenta, que tengo que ver yo? Mueran de una vez malditos.- los ojos aparecían de forma esporádica, pero ya no era ni malestar ni temor, las imágenes pasaban y le llenaban ya no de temor -Apareces de nuevo, mi amigo.-

Desapareció el negro vacío, las visiones y los ojos, todo reemplazado por el hombre que estaba frente a él desde un principio. Las miradas de ambos sujetos se enfrentaron por menos de un segundo, en el que Vladimir apareció por detrás de Edward y lo inmovilizo instantáneamente mientras el hombre rápidamente rebanó le rebanó la cabeza con un rápido movimiento de una espada que tenía debajo de él, quedándo con la cabeza del muerto en su mano, tomada por los cabellos.

-Tenemos casi una semana.-

sábado, 11 de agosto de 2012

El gran hacedor (Parte 5)

En una bella habitación de largos ventanales y gigantes cortinas de color marrón, se encontraba Edmond, acostado en la única cama que ahí había, al costado de ésta, se encontraba Vladimir, leía tranquilamente un libro de oscura tapa y que no mostraba señales de algún título. El silencio era total, y ni los pájaros cantaban en esa tarde; finalmente Edmond que se encontraba profundamente dormido comenzó a abrir lentamente los ojos.

-¿Dónde estoy?.- sonó rompiendo el vacío la quebrada voz de Edmond.
-En mi humilde morada.- Respondió Vladimir sin sacar os ojos del libro.
-¿Qué hago aquí?.-
-Duermes, o eso hacías hasta hace unos segundos.-
-¿Pero, por qué, como llegué hasta aquí?.-
-Todo a su tiempo, descansa, debes sentirte aún muy cansado.- dicho esto, Vladimir se levanto de la silla y caminó hacia la puerta.-
-Sí.. me siento.. cansado.- decía Edmond mientras sus ojos volvían a cerrarse.

Cuando despertó nuevamente, el día ya se estaba terminando y esta ves no había nadie cuidando sus sueños, se quedó meditando un largo tiempo recostado con los ojos abiertos, no recordaba nada desde el último movimiento que había ocurrido en la oficina de Vladimir, cuando su rostro volvió a sentirse tan muerto como lo había estado antes de despertar. Se levantó de la cama y se acercó a un espejo, su cuerpo era el mismo de siempre, estaba como un vivo. Se mantuvo rondando un rato por la habitación y finalmente decidió que lo mejor que podría hacer sería hablar con su maestro, tal ves él era más consciente de la situación que había ocurrido.

-Maestro.- dijo en su mente, pero no escucho una respuesta, no sentía la presencia de su maestro, se dio cuenta que no sentía esa abrumadora energía que le ligaba al ser que le revivió; más confundido que aliviado, salió de la habitación en busca de Vladimir. Recorría los pasillos sin prestar demasiada atención al lugar por el que pasaba, estaba confundido, pues nunca se había sentido tan libre, pero a la ves, no sabía si esa era realmente la libertad, no sabía si era una prueba y todo eso junto a muchas más cosas se mezclaban en su mente y lo hacían caminar prácticamente por inercia. Mientras caminaba a la deriva por los pasillos que parecían interminables comenzó a observar de a poco a su alrededor, la perfecta arquitectura y las finas piezas de arte de todos los estilos, daban una atmósfera de elegancia y tranquilidad al lugar, lentamente fue calmando su mente a medida que observaba más su entorno y de a poco fue encontrando la forma de salir del lugar en el que estaba, ya cuando estaba completamente calmado, la gran mansión se le hizo muy familiar. Luego de llamar a Vladimir sin obtener respuesta decidió salir. La noche ya estaba instalada y el cielo nocturno se mostraba en todo su esplendor, maravillado por la misma noche, Edmond se quedó mirando el cielo, olvidando la realidad por un momento, se perdió en el mar de estrellas que estaba sobre él que lo hipnotizó con su mística y belleza, olvido el motivo de estar ahí, olvidó a su maestro, a Vladimir, la casa, sólo estaba su alma y las estrellas y ese sentimiento le hizo sentir algo que sólo podía describir como estar vivo; la brisa helada le hizo volver a la realidad, se levantó manteniendo aún ese sentimiento de libertad y caminó tranquilamente mientras continuaba en su búsqueda, finalmente rodeo la casa completa y en a parte trasera vio a Vladimir sentado en el suelo, de espaldas hacia él, se acercó y lo encontró con los ojos cerrados frente a un círculo con extraños símbolos en el. Antes de poder alejarse, Vladimir abrió los ojos y le dirigió una tranquila mirada.

-Supongo que te debes sentir muy bien.- dijo en un afable tono
-La verdad es que sí, ¿hiciste algo, tiene que ver con ese símbolo?.-
-En este lugar reina la muerte, nada vivo puede ingresar, ni siquiera los pensamientos de tu maestro.-
-¿Por qué me has traído aquí?.-
-Estoy cumpliendo un favor solamente, te daré la clave para que te liberes.-
-¿en serio, que debo hacer, un ritual mágico, algo así?.-
-No, debes matar a quien te ha devuelto a la vida.-
-¿Pero como haré eso?.-
-Ese no es mi problema, yo cumplo con darte esta información y permitir que te quedes aquí cuanto tiempo desees para que planifiques como lo harás.-
-¿quién te pidió que me ayudes?
-¿Es eso importante?.- Dicho esto el hombre se levantó y caminó en dirección a la gran casa.- Por ahora he terminado mis labores, voy a salir a atender ciertos asuntos, recuerda que si sales de este lugar, te descubrirá enseguida.-
-Está bien, pero debo alimentarme, ya sabes o me pudriré como el maldito que soy.-
-Te traeré algo, ahora me voy.-
-Espera, como se hasta dónde puedo ir.-

-Dónde haya algo vivo, ese lugar es equivocado.- Vladimir entró a la casa dejando a Edmond parado en medio de la nada, hasta ese momento no se había percatado de la muerte que había en ese lugar; parecía que la casa estaba construida en el centro de un círculo de un bosque, estaba todo rodeado por árboles, pero que se encontraban muy lejanos, todo lo que podía ver era tierra y piedras hasta llegar a esos árboles, caminó lentamente hacia los límites del círculo.- que hago ahora, como demonios me quito a este imbécil de encima, si salgo me controla, si me quedo no haré nada en una eternidad, aunque podría quedarme unos cien años, a final de cuentas yo no moriré, sólo lo hará él, pero nada me dice que este mago maldito no encontrará la forma de vivir más de lo normal, además de que me sirve eso, si ya para ese tiempo Marie estará también muerta, demonios, maldito nigromante para que me trajo de vuelta, por que no fue otro; Vladimir podría matarlo fácilmente , pero debo convencerlo de que lo haga, algo debería darle, algo que él quiera y que yo posea... pero no tengo nada, absolutamente nada... podría servirle, pero sería pasar de uno a otro y ¿si le luego no me deja libre?, ¿qué puedo hacer en contra de él? Es mucho más poderoso que yo, me devolvería a la muerte real...- en esto divagaba la mente de Edmond mientras seguía rodeando el límite del lugar seguro sin percatarse que Vladimir ya se perdía en el bosque.

-Vendrá a buscarlo.-
-Entonces tendrá que estar preparado.-
-Debes ayudarlo.-
-Nunca, ya hice suficiente por él.-
-Debes hacerlo, lo necesitamos en el asunto de los perros y para mucho más, eso lo sabes bien.-
-Eres un viejo maldito, no soy tu esclavo, no le hago caso a nadie entiende eso.-
-No te pongas imbécil conmigo Rasputín, él ya no es quien fuera cuando vivo, ahora es un hermano tuyo.-
-Nunca digas eso, no es mi hermano.-
-Sí lo es y en el mejor de los casos su creador también lo será.-
-¿Por qué a él?.-
-Para que no esté con nosotros, pero a pesar de lo poderoso que es, nunca ha sido muy nteligente, lo envió sin prepararlo.-
-Eso es extraño, una cosa es que sea un tonto, pero ¿hasta ese punto?.-
-Sí, entiendo tu punto y creo lo mismo, probablemente ahora se esté preparando para venir.-
-Lo inhabilitó para nosotros y lo usó como indicador, creo que no es tan tonto como nosotros creemos.-
-Hay que hacerlo entrar en tu hogar.-
-Suena sencillo, pero no creo que lo sea.-
-Debemos arriesgarnos con Marko.-
-Se hace llamar Edmond.-
-Que nombre más idiota, como sea, debes entrenarlo, enseñale a ser un mago otra vez.-
-No estoy de acuerdo, nos puede jugar en contra.-
-Si su creador retorna su control nos jugará en contra.-
-Supongo que ya tienes todo previsto.-
-Así es, tú sólo has lo que te digo, enseñale a ser quien era.-
-Odio lo que era.-
-No digas eso, gracias a él estas aquí.-
-Que bendición la mía.-