lunes, 21 de octubre de 2019

Una bella noche

La noche era lluviosa, se podía ver la ciudad en toda su plenitud a través de las gotas en la ventana, le encantaba esa imagen, las luces de la ciudad distorsionadas por las gotas, era como la poesía de la creación. A medida que la lluvia aumentaba, los edificios más icónicos se iban difuminando, la torre de la petrolera se transformaba en una mancha roja y danzante, el casino parecía un árbol de navidad, todo era perfecto esa noche. Su café estaba cargado, de grano importado por el supermercado y molido por dios sabe quien, no importaba, era bueno ¿de calidad? ni idea,  nunca había sido un experto, pero le gustaba el sabor y nada más que eso importaba ¿cierto?
Terminó su café y caminó satisfecho por el living, era un departamento bello, situado en el noveno piso de un acomodado edificio, la decoración era cuidadosa, un toque clásico, mesa y sillas de madera comprada en la mejor multi tienda, y un sillón de cuero bien cuidado, todo muy bien puesto en un principio, pero ahora todo desordenado. Estaba un poco descuidado, cosas por el suelo, tal vez debía limpiar un poco, pero ahora no era importante.
La gran diferencia de un departamento caro y uno barato es que el caro tiene un mejor aislamiento del sonido, es casi como no tener vecinos, claro que se pueden escuchar sonidos fuertes como gritos, pero aísla la mayoría de los sonidos cotidianos, podrías cortar el cuello de tu pareja y ese grito ahogado sólo sería escuchado dentro de tu departamento, era una maravilla. Siguió caminando por el departamento, evadiendo los rastros del descuido, las sillas en el suelo, los vidrios rotos, pasó su mano por la pared manchada de sangre, tomó sus llaves y salió a disfrutar de la noche en la ciudad.

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