miércoles, 16 de noviembre de 2011

15° capítulo: La 1° revelación

-Muy bien, ¿era más simple cierto?.-
-Aquí están sus cosas señorita, ya puede comenzar desde hoy a construír su laboratorio si lo desea.-
-Y así será.-
-Le pediré un favor. Sea discreta, si hay protestas ambientalistas habrán investigaciones y liciaciones y ahí yo no podré hacer nada.-
-Lo sé, ¿cree que soy tan imbécil como usted?.- dijo con una gran sonrisa la mujer, la que el anciano sólo se limitó a responder con una forzada mueca.
-Muy bien firme estos papeles y está todo listo, yo me ocuparé del resto, como estaba acordado.- La mujer tomó su pluma bañada en oro y la deslizó a través del papel, marcando una linea delicada y firme.
-Eres un buen perro cuando deseas serlo hombre, no se por que te gusta complicar las cosas.- le dijo mientras terminaba de firmar y entregarle los papeles, con una gran sonrisa de satisfacción en su rostro -Bueno, tengo cosas que hacer ahora, adios.- dicho esto, salió de la alcaldía y condujo su vehículo. Tomó su celular y marcó a su amigo de la universidad.
-Ya está todo liso, voy a la constructora ahora.-
-Perfecto, todo está saliendo bien.- luego de esto cortó el telefono.

Finalmente, tras 20 minutos conduciendo llegó a un gran edificio blanco del cual salió un hombre vestido con un pantalón negro de tela y una camisa blanca desabrochada en el último boton.
-Buenos días señorita, la estabamos esperando.-
-Ya lo creo.- dijo con una coqueta voz.
-Adelante por favor.- caminaron juntos hasta la entrada y el hombre le indicó una oficina.
-Por favor valla con el gerente.-
-Muy bien.- la mujer entró en la blanca oficina, detrás del escritorio metálico había un hombre con un casco blanco, vestido con una camisa celeste y un pantalon de tela café.
-Tome asiento.-
-bueno Marco, seré breve que no me gustan las reuniones largas, auquí está el permiso y el resto de los papeles.- le entregó al hombre una carpeta que comenzó a revisar enseguida. - acordamos el trabajo listo para seis meses o menos y espero que así sea, la inversión es demasiado grande y no se puede perder el tiempo.-
-Marie,  no te preocupes, comenzaremos inmediatamente, ya los obreros están contratados y está el laboratorio completamente planificado, como ya teníamos los antecedentes del lugar y tu estabas segura de que sería ahí, logramos adelantar trabajo.-
-Esa eficiencia es la que espero por estos seis meses, me voy, no creo que necesites nada más.-
-Sí, algo más, firma esto por favor, es para comenzar a construír.- la mujer se inclinó y firmó los papeles, luego, se incorporó.
-Adiós, nos veremos mañana en el lugar y espero ya haya algo avanzado.-
-Así será.- alcanzo a decir el hombre antes de que la mujer saliera rápidamente de la oficina y el edificio.

Tamara se encontraba en el instituto, sentada en una esquina del patio con un gran libro en el suelo, estaba absorta en la lectura, en lo que Brenna se le hacerca.
-Hola Tami.-
-Hola Brenna.- dijo Tamara un poco sorprendida
-¿Qué lees?.-
-Un libro hacerca de la atlantida.-
-Que extraño, no pense que te gustaran esas cosas.-
-No me gustan realmente, pero las necesito.-
-Oh ya veo.- Brenna se sentó al lado de la otra mujer y comenzó a observar el libro también.
-Hay varios tipos de simbolos, pero yo busco tatuajes y no encuentro.-
-¿Tatuajes?.-
-Sí.- al dar vuelta la pagina, Brenna abrió los ojos ampliamente y quedó mirando fijamente un dibujo que aparecía en el libro. -¿Que te pasa?, ¿Estas bien?.-
-Eh... eh.. no lo se.. es que..- la mujer se puso de pié rápidamente y saió corriendo, Tamara no perdió ni un segundo, guardó rápidamente su libro y salió tras ella. Brenna entró al baño y creyó haber cerrado la puerta, pero en su nerviosismo la dejó abierta y Tamara entrpó, descubriendo a la mujer tomandose los brazos y arrodillada con la mirada fija perdida y los ojos muy abiertos. Se acercó lentamete y vió los ojos de la mujer pasar a un color amarillo, asustada dió un salto hacia atrás soltando un pequeño grito que hizo que Brenna la mirara fijamente con sus ojos exageradamente abiertos y amarillos. La escena era espelusnante y Tamara decidió que sería mejor para ella salir, pero cuando se acercó a la puerta, su compañera ya estaba frente a esta tapando la salida; esta vez las manos estaban a los lados del cuerpo. Los ojos de la mujer brillaban con un color amarillo, en sus brazos desnudos se podían ver los mismos símbolos que aparecían en el libro que tenía Tamara, los cuales también brillaban, pero con una negra luz.
Tamara necesitaba moverse, pero se sentía paralizada y aterrorizada, su compañera ya no le transmitía la misma sensación de siempre, sino que ahora emanaba de ella una espeluznante energía de ira y terror.
-Ahora ves lo que soy, lo siento, ya no puedo simplemente dejarte ir.- dio Brenna con una gutural voz que parecía ser la mezcla de muchas voces.
-Calmate Brenna, ¿que te pasa?.-
-Ya vez que no soy una persona normal, no puedo dejar que alguien más lo sepa.- avanzó hacia Tamara quien aún no podía moverse, pero que consiguió la fuerza para levantar el brazo  extender su mano frente a la demonio.
-Alejate!.- Grtió con temor.
-Fue un gusto conocerte.-


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