Parte III
- ¿Se puede saber por qué practicas con ese árbol? –pregunto de
inmediato e indignada Ginn, que siempre había crecido en el campo y le tenía
mucho respeto a la naturaleza
- ¿Acaso te molesta?, joder que ni en la Real Academia pueda uno
practicar en paz –y le dio la espalda con la intención de seguir haciendo lo
mismo – piérdete naturalista
- Que descortés no responder una pregunta y tratar así a una mujer,
deberías ser más amable
- No necesito ser amable con los vagos que me limitan por un simple
árbol, necesito practicar para no quedar en un curso mediocre, aunque claro, si
prefieres no me molestaría que ocupes su lugar – y dándose vuelta le mostro su
espada soberbiamente
- La violencia nunca es la mejor opción, pero no voy a dejar que
lastimes un árbol por gusto y si me atacas tendré que defenderme – a estas
alturas ya Matilda estaba observando a una distancia prudente, no le interesaba
meterse en una pelea insignificante
- Tsh además de habladora cobarde, realmente me desagrada la gente
como tú – y lanzándose contra ella con la espada desenfundada le lanzo una
estocada alta a lo cual Ginn respondió con un simple movimiento de pies con el
que dejo pasar el ataque del espadachín por su costado y usando la propia
fuerza de su ataque lo tomo del brazo y con una llave rápida lo hiso darse una
vuelta en el aire y caer de espaldas soltando una bocanada de aire con el
impacto a lo que Matilda reacciono con sorpresa, sin embargo, en vez de
someterlo en el piso Ginn prefirió alejarse y darle espacio para que se
levantara, cuando este lo hiso no fue precisamente para pedir disculpas sino
que girando su espada en el aire creó un camino de fuego que la envolvió en
llamas y al lanzar una nueva estocada a Ginn esta tuvo que bloquearla con su propia
espada sin desenfundar, la propia funda de su espada inmediatamente
contrarresto gran parte del fuego en la hoja rival sin embargo una parte
alcanzo las manos de Ginn obligándola a soltar su espada y cayendo de rodillas
tomándose las manos – Tus movimientos son bastante buenos, pero si no usas tus
ataques elementales nunca serás una buena espadachín… - en ese momento el
hombre fue rodeado por una nube de polvo que no paraba de girar a su alrededor,
mientras el trataba de dispersarla Matilda ya estaba detrás suyo y con un
movimiento de abanico de su báculo mando a volar varios metros al espadachín el
cual se arrastro en el piso al caer
- Llenándote la boca de soberbia y vaya mediocre resultabas ser tú –
dijo Matilda mientras ayudaba a Ginn a levantarse con una mano – ni siquiera
necesitó usar algún poder elemental para vencerte, así que la atacaste con tu
elemento para que no pudiera bloquearte, bueno –ahora mirándolo fijamente
mientras se levantaba y con su báculo apuntándolo – supongo que ahora sabes
cómo se siente un ataque contra el que no puedes hacer nada – la mirada
amenazante de Matilda perturbó al espadachín quien enfundo su espada y se fue
de ahí maldiciendo para no demostrar que en realidad sudaba frio, luego dio
vuelta la cabeza y miro a Ginn que ya estaba de pie - ¿Estás bien?
- Si, muchas gracias pero… ¿Cómo sabias que no podría…?
- Es fácil darse cuenta una vez que tienes cierta experiencia, aunque
es bastante extraño, con tus movimientos
- Jeje… -Ginn forzó una sonrisa con la clara expresión de no querer
hablar del tema por lo que Matilda no insistió. A varios metros y entre los
arboles las observaba la profesora Erika apoyada en un árbol y con los brazos
cruzados
- Cuanto tiempo sin vernos Ilión, ¿Cuánto ha pasado, 15 años?
- Sabes que son 17… -dijo el anciano que apareció detrás de ella
- Jejeje si, lo sé, es difícil olvidar el día en que nos abandonaste a
todos
- Abandonar es una fea palabra Erika, no recuerdo haberte enseñado a
hablarle así a tus mayores
- y yo no recuerdo haberte hecho caso en el pasado cuando era tu
alumna, no esperes que lo haga ahora, soy profesora aquí, y Comandante de la
Guardia en la Capital, con mi autoridad debería arrestarte en este momento
- ¿Realmente crees que hay suficientes soldados en esta ciudad para
arrestarme?
- Tienes un punto… aunque no es que me interese hacerlo, hace 17 años
que no hablo con mi maestro, siempre quise preguntarte algo, ¿Por qué
abandonaste tu misión y escapaste?
- También sabes la respuesta a esa pregunta Erika – desviando su
mirada hacia Ginn
- Si, lo sé, - mirando también a Ginn – de todas formas hay algo que
me inquieta, comprendo por qué no cumpliste tu misión desobedeciendo al
Parlamento, también comprendo por qué te fuiste y la ocultaste todos estos
años, y comprendo por qué sellaste sus poderes evitando que tuviera un destino
como el de Draak pero, si sellaste sus poderes ¿Para qué entrenarla con la
espada y mandarla a la Academia? Habría sido más fácil dejarla vivir una vida simple
en el campo lejos de todo lo que puede hacerle daño
- Si, hubo un tiempo en el que de verdad era eso lo que quería para
ella – mirando a Ginn con cariño un momento y luego volviendo a mirar a Erika –
sin embargo eso se explica corrigiendo un pequeño error en tu suposición, yo no
selle sus poderes para que no los desarrollara nunca… -una reacción instantánea
provoco que Erika tomara su espada a toda velocidad para atacar a Ginn pero
antes de terminar de desenfundarla Ilión ya estaba frente a ella, había
recogido una rama del suelo y con un rápido y suave golpe hiso que Erika
soltara su espada tomándola él en el aire, antes de que Erika se diera cuenta
de que estaba frente suyo el ya la estaba apuntando al cuello con su propia
espada – bueno, como te estaba diciendo –Erika se detuvo al instante, sabía muy
bien de lo que era capaz Ilión si había llegado hasta esas circunstancias – se
necesitan dos condiciones para que el sello se rompa, la primera es que su
cuerpo y su mente estén preparados para soportar y manejar ese poder y la
segunda es que esté en una situación límite, pero si solo es una de ellas el
sello no se romperá, en cuanto a lo demás ya me encargue, la crie de forma
diferente y no cometí los mismos errores que con Draak, es la persona más pura
que he conocido… me recuerda a ella… como sea, confió en ella con mi vida, pero
si no son suficientes razones para ti entonces tomare algunas precauciones – y
pasando su mano por el filo de la espada conjuro unas palabras, la espada
brillo un momento y luego volvió a la normalidad – ya está, de ahora en
adelante no podrás separarte de esta espada, y en el momento en que intentes
algo en contra de Ginn será tu propia espada la que te asesinará
- Cómo puedes… creí que éramos amigos
- Tú no sabes nada… – hizo una pausa – Debo irme ahora, Erika –
cerrando los ojos y clavando la espada en el suelo para que ella pudiera
descansar – ha sido bueno volver a verte, cuídala por mi por favor – y
desapareció sin necesidad de un hechizo, entonces Erika tomo su espada y viendo
a Ginn la enfundo
- No puedo confiar en ella Ilión, pero voy a confiar en ti, solo
espero no te hayas equivocado.
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