Un mundo revuelto y poco decidido.
Arboles que crecen al revés
con hojas eternas y marchitas
nutridas con veneno que recorre sus venas
vendiendo vida,
regalando muerte;
Aves de alas gigantes caminan,
para ser devoradas por bestias de siete bocas,
que destrozan cada extremidad,
que consumen hasta los huesos.
Oscuro espectro de divinas noticias
engañas a los viajeros perdidos;
guía a los malditos al abismo eterno,
que la desesperación sea su menor preocupación,
concluye con el trabajo de los conquistadores.
Aplasta a tu enemigo y a tu sirviente,
báñate con su sangre y absorbe sus almas
en una danza de macabra felicidad
en un mar de visceral gozo.
Maldíceme desde el cielo, querido Dios de amor,
y así concédeme mi paz eterna,
en mi propio infierno encontraré mis armas
y finalmente dejaré de aclamar por tu rescate.
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