La llama de la vela se movía tranquila,
inmutable a lo que acontecía,
ella sólo ondulaba en la fría noche de otoño;
tan mágica como sólo en esta estación se puede presentar
La llama ardía y consumía lentamente la vela,
el viento silbando en mi ventana
me pedía entrar, pero yo me negaba;
mientras los gatos narraban el futuro.
Que mal presagio,
¿Es acaso que este será el último otoño de mis ojos?
¿Acaso los cuervos vendrán desde el mismo infierno?
gatos, dejen de maullar.
Pero no se detienen,
siguen presagiando un final,
la llama inmóvil sigue consumiendo la vela,
el reloj de mi vida sigue perdiendo arena.
Cállate maldito gato del demonio,
¿No hay nada mejor en tu vida
que dar crueles visiones de desesperanza a hombres solitarios?
no será esta la noche en la que nadie llore mi muerte.
La llama se silencia se apaga
y el cruel presagio del gato se detiene,
pero yo sigo en la fría noche de otoño,
lejos de mi hogar por un momento,
tocando el viento con mi rostro.
Un hombre nunca camina sólo,
siempre está acompañado de sus miedos y virtudes,
y no soy yo la excepción a la regla,
no soy más que otro más.
La noche sigue avanzando,
al igual que la noche anterior
y la anterior a esa,
fría y nostálgica como todas las noches de otoño
Soy sólo un hombre que camina
sin rumbo verdadero
y así me gusta perderme,
en las luces nocturnas de la ciudad.
jueves, 31 de enero de 2013
jueves, 10 de enero de 2013
Laboratorio
Ceremonial silencio
que respeta hasta la más profunda pulcridad,
tubos transparentes detenidos en el tiempo,
esperando en calma absoluta.
Estanterías de recipientes llenos de oportunidades,
los juguetes de niños que quieren encontrar a Dios,
ser Dios,
ser sus propios sueños.
Comienza una nueva jornada,
te concentras hasta que el mundo desaparece y se crea
en la metamorfosis de colores dentro del tubo,
nubes de gases se desprenden,
magia pura en éxtasis que se expande por todo el lugar.
Cálculos teóricos revelan verdades escondidas,
el universo se muestra desnudo ante tus ojos
en los nuevos precipitados que aparecen en el vaso.
La ardiente llama de tu corazón hace eco en los mecheros
que activan las reacciones endotérmicas,
dormidas como las mentes sin la iluminación.
En menos de un segundo el universo completo cambia,
las energías cambian,
tu propia mirada cambia cuando se transmutan los estados de transición,
todo es más estable
y sigue siendo un misterio el resultado.
Un simple análisis,
un espectro refleja tu esfuerzo,
tus capacidades, logros y fracasos,
has llegado al punto máximo,
tu propio punto de equilibro,
una sonrisa en tu rostro
y el laboratorio vuelve a la pulcridad inicial
que respeta hasta la más profunda pulcridad,
tubos transparentes detenidos en el tiempo,
esperando en calma absoluta.
Estanterías de recipientes llenos de oportunidades,
los juguetes de niños que quieren encontrar a Dios,
ser Dios,
ser sus propios sueños.
Comienza una nueva jornada,
te concentras hasta que el mundo desaparece y se crea
en la metamorfosis de colores dentro del tubo,
nubes de gases se desprenden,
magia pura en éxtasis que se expande por todo el lugar.
Cálculos teóricos revelan verdades escondidas,
el universo se muestra desnudo ante tus ojos
en los nuevos precipitados que aparecen en el vaso.
La ardiente llama de tu corazón hace eco en los mecheros
que activan las reacciones endotérmicas,
dormidas como las mentes sin la iluminación.
En menos de un segundo el universo completo cambia,
las energías cambian,
tu propia mirada cambia cuando se transmutan los estados de transición,
todo es más estable
y sigue siendo un misterio el resultado.
Un simple análisis,
un espectro refleja tu esfuerzo,
tus capacidades, logros y fracasos,
has llegado al punto máximo,
tu propio punto de equilibro,
una sonrisa en tu rostro
y el laboratorio vuelve a la pulcridad inicial
lunes, 7 de enero de 2013
Guardián de los sueños
Otra ves ahí está la misma mariposa,
se posa en el marco de mi ventana cerrada y se queda aleteando como saludándome con alegría. Apareció por primera
ves hace un par de semanas, una noche había tenido una terrible pesadilla, lo único que recuerdo
de ese sueño es que grité por ayuda desesperado en un mar de sudor que me hizo despertar de golpe, ya era de mañana y
ahí estaba ella, la pequeña mariposa, su aparición de alguna forma me hizo
sentir tranquilo, a pesar de que su presencia no era más que una coincidencia – o al menos en
ese momento así lo creí .- pero sentí paz en mi corazón, sólo recordar la mariposa me hacía entrar en una especie de trance de alegría. Al día
siguiente sentí ya un poco de curiosidad al ver que la mariposa
estaba de nuevo en mi ventana, sé que no se había quedado ahí todo
el día pues ya había comprobado eso, por lo que mi asombro fue bastante
grande; así fueron días y días en los cuales la pequeña aparecía
en mi ventana luego de mi desesperado llamado en sueños. Con el paso del tiempo la fui sintiendo un poco más
mi amiga, una especie de madre protectora tal ves, la saludaba durante las mañanas y le platicaba acerca de
cualquier cosa, me hacía sentir bien ver esa pequeña y frágil
compañera que cuidaba de mis sueños, cada ves que tenía una
pesadilla se repetía lo mismo: pedía ayuda y ella aparecía, a
pesar de que siempre me pregunté que era lo que la hacía aparecer
en ese lugar preferí creer en la magia de que era el ser al que yo
había llamado para que me asista.
Así es como otra ves la veo, la
saludo, pero esta ves decidí hacer algo que no había hecho antes
por miedo a alejarla: me acerco a la ventana y la abro, para mi
asombro la pequeña no se aleja y al abrir la ventana entra en mi
habitación y vuela por sobre todo el lugar, su vuelo es simplemente
majestuoso, ahora realmente creo que hay algo fuera de lo común en
esta pequeña compañera que revolotea por el lugar y que
termina por esconderse detrás de mi armario,
prefiero dejarla ahí, supongo que sabe lo que hace, yo me retiro a
mi quehacer diario.
La noche vuelve a caer y no he visto a
mi amiga, creo que se ha retirado ya que le dejé la ventana
abierta para que no se sienta una prisionera. Me duermo y entro al mundo de los sueños, pero esta ves
y a diferencia de las otras veces puedo ver mi pesadilla; es una
enfermiza escena, me veo a mi mismo dormido y sobre mi hay una mariposa,
sí, una mariposa, pero no como mi amiga, esta es mucho más grande, negra
y con una especie de aguijón que clava en mi cráneo, puedo
sentir el dolor pero no puedo hacer nada, me siento petrificado, me
duelen los músculos y siento una jaqueca muy fuerte, es un sentir realmente
odioso, deseo gritar y no puedo; estoy congelado viendo como ese
monstruo entierra su aguijón en mí una y otra ves, succionando no se qué de mi cuerpo. Una luz fuerte sale de
detrás del armario, mi amiga que durante el día se había escondido aparece, más grande y majestuosa aún, con un aura
dorada que la rodea, su aparición hace al monstruo alejarse de mi; en un segundo ambos seres están volando de un lado hacia el otro por mi habitación, en el
ambiente se puede notar que se libra una feroz batalla aunque no las
he visto tener contacto entre ellas, hasta que en un momento se lanzan una contra la otra y al chocar toda la habitación se
ilumina por un blanca y enceguecedora luz que al desaparecer se lleva también a las dos criaturas, ya no
se siente ninguna de las dos presencias, no se irradia alegría ni
tristeza, no hay dolor, no hay nada, sólo la oscuridad de la habitación que
envuelve todo y no me permite ver.
A la mañana siguiente me despierto
un tanto trastornado aún por el sueño, mi amiga no está en la
ventana y no comprendo muy bien que pueda significar todo esto,
siento una tristeza que cubre mi corazón y me siento sobre mi cama a
llorar en silencio sin comprender muy bien el motivo, sólo hay algo
que me dice que las cosas han cambiado y que el sueño tal ves no
haya sido sólo un sueño. De pronto por la ventana veo entrar a una
pequeña mariposa dorada con puntos negros, las lágrimas dejan de caer y de la misma forma que no supe porque comencé a llorar, ahora sonrío ante esta pequeña que vuela por mi habitación y que luego, como despidiéndose, se posa en la ventana y se va para
siempre.
domingo, 6 de enero de 2013
Nube mental
En algún punto dejé de ser quién siempre fui,
en algún punto me convertí en quién siempre odié,
debí ocultarme en las sombras de mi mismo,
dejando mi mente de lado,
cortando el puente hacia el alma
y mi sentir cada vez se hizo más obscuro,
mis pensamientos nublados
no me dejan respirar,
yo mismo hago más denso el aire que no puedo respirar
asfixia mi propio sentir,
Dios, ya me olvidaste,
pero te suplico,
aunque sea por esta ves
escucha mi llamado.
Oh! cuantas veces no he repetido eso,
cuantas veces no te he pedido un último favor,
todo continuará así,
así soy,
solo eso y nada más.
Mente perdida,
buscadora de luz
incluso en la más grande esquizofrenia.
Gritos sordos,
sonidos perdidos,
encantamientos olvidados.
Ahora busco un destino,
alguna nueva creencia,
un nuevo amor.
Adiós digo,
quién fui no podré volver a ser,
las cicatrices quedarán por toda la vida,
las heridas muy profundas nunca sanan,
pero mi corazón no puede dejar de latir
hasta el día de mi muerte.
Hasta ese día buscaré un nuevo ser,
una mejor luz
seré algún día, un mejor yo.
en algún punto me convertí en quién siempre odié,
debí ocultarme en las sombras de mi mismo,
dejando mi mente de lado,
cortando el puente hacia el alma
y mi sentir cada vez se hizo más obscuro,
mis pensamientos nublados
no me dejan respirar,
yo mismo hago más denso el aire que no puedo respirar
asfixia mi propio sentir,
Dios, ya me olvidaste,
pero te suplico,
aunque sea por esta ves
escucha mi llamado.
Oh! cuantas veces no he repetido eso,
cuantas veces no te he pedido un último favor,
todo continuará así,
así soy,
solo eso y nada más.
Mente perdida,
buscadora de luz
incluso en la más grande esquizofrenia.
Gritos sordos,
sonidos perdidos,
encantamientos olvidados.
Ahora busco un destino,
alguna nueva creencia,
un nuevo amor.
Adiós digo,
quién fui no podré volver a ser,
las cicatrices quedarán por toda la vida,
las heridas muy profundas nunca sanan,
pero mi corazón no puede dejar de latir
hasta el día de mi muerte.
Hasta ese día buscaré un nuevo ser,
una mejor luz
seré algún día, un mejor yo.
viernes, 4 de enero de 2013
Polillas
llueven mariposas nocturnas en mi habitación,
comoles muertos flotando en torno a mi cuerpo inmóvil,
¿mensaje del final?
no lo creo,
colores de las sombras,
tristeza pura que busca la felicidad.
Miradas frías que buscan calor,
golpean con fuerza cada luz en mi hogar,
¿Pretenden ser suicidas que destruyan mi luz?
no lo creo,
veo incansables guerreros
con los cuales comparto la búsqueda de la iluminación.
Un vuelo angelical,
trae frente a mis ojos a un amigo, sobre mi taza de café
sobre mi pasado, inseguridades y miedos,
se posa mirándome fijamente;
sus ojos de muerte son un portal a la verdadera noche,
la fría y cálida noche.
Siento en esos ojos el llamado del antiguo Dios,
a través del más débil ser se manifiesta el inexorable supremo,
una interesante ironía,
pero esta modesta invitación
me llama a conocer la sabiduría eterna,
El mundo del sol tiene rayos con mi nombre;
aún es de día, quedan árboles por conocer.
Lo siento mi amigo, tu final a llegado,
rechazo tu invitación.
comoles muertos flotando en torno a mi cuerpo inmóvil,
¿mensaje del final?
no lo creo,
colores de las sombras,
tristeza pura que busca la felicidad.
Miradas frías que buscan calor,
golpean con fuerza cada luz en mi hogar,
¿Pretenden ser suicidas que destruyan mi luz?
no lo creo,
veo incansables guerreros
con los cuales comparto la búsqueda de la iluminación.
Un vuelo angelical,
trae frente a mis ojos a un amigo, sobre mi taza de café
sobre mi pasado, inseguridades y miedos,
se posa mirándome fijamente;
sus ojos de muerte son un portal a la verdadera noche,
la fría y cálida noche.
Siento en esos ojos el llamado del antiguo Dios,
a través del más débil ser se manifiesta el inexorable supremo,
una interesante ironía,
pero esta modesta invitación
me llama a conocer la sabiduría eterna,
El mundo del sol tiene rayos con mi nombre;
aún es de día, quedan árboles por conocer.
Lo siento mi amigo, tu final a llegado,
rechazo tu invitación.
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