En algún punto dejé de ser quién siempre fui,
en algún punto me convertí en quién siempre odié,
debí ocultarme en las sombras de mi mismo,
dejando mi mente de lado,
cortando el puente hacia el alma
y mi sentir cada vez se hizo más obscuro,
mis pensamientos nublados
no me dejan respirar,
yo mismo hago más denso el aire que no puedo respirar
asfixia mi propio sentir,
Dios, ya me olvidaste,
pero te suplico,
aunque sea por esta ves
escucha mi llamado.
Oh! cuantas veces no he repetido eso,
cuantas veces no te he pedido un último favor,
todo continuará así,
así soy,
solo eso y nada más.
Mente perdida,
buscadora de luz
incluso en la más grande esquizofrenia.
Gritos sordos,
sonidos perdidos,
encantamientos olvidados.
Ahora busco un destino,
alguna nueva creencia,
un nuevo amor.
Adiós digo,
quién fui no podré volver a ser,
las cicatrices quedarán por toda la vida,
las heridas muy profundas nunca sanan,
pero mi corazón no puede dejar de latir
hasta el día de mi muerte.
Hasta ese día buscaré un nuevo ser,
una mejor luz
seré algún día, un mejor yo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario