Te lo dije mi querida virgen,
mi luna roja.
La sangre no brota de las palabras,
sino de las acciones
cuantas risas transformaste en llantos
y cuanto tiempo botamos juntos,
mucho tiempo ya ha pasado
desde que el cuervo voló sobre
nosotros
¿por qué, querida mía?
tus manos en llamas nunca me dieron
calor
¿por qué, querida mía?
tus labios estaban muertos para hablar
del cielo
Me hiciste matar demasiados ángeles
querida,
que cada ves más perdía el sentido;
de sus plumas nunca pudiste hacer alas
para ti,
nunca me dejaste crear alas para ti
En vano es sólo lo que no trae
respuestas ni produce un efecto,
un ultimo beso envenenado selló
nuestro acuerdo
ahora, soy un perro en una jaula,
Pero en tu torre infinita verás al
lobo de nuevo,
el perro se pudrirá para siempre
dejando las mentiras de lado,
a la muerte a un lado
y el perdón en el olvido
un aullido es la sentencia final para
un lobo que cazó a su única presa.
No deseaste mi muerte, me dejaste
respirar, me dejaste vivir.
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