sábado, 27 de octubre de 2012

descanzo interno (la historia de un silenio 3°parte)

Te lo dije mi querida virgen,
mi luna roja.
La sangre no brota de las palabras,
sino de las acciones

cuantas risas transformaste en llantos
y cuanto tiempo botamos juntos,
mucho tiempo ya ha pasado
desde que el cuervo voló sobre nosotros

¿por qué, querida mía?
tus manos en llamas nunca me dieron calor
¿por qué, querida mía?
tus labios estaban muertos para hablar del cielo

Me hiciste matar demasiados ángeles querida,
que cada ves más perdía el sentido;
de sus plumas nunca pudiste hacer alas para ti,
nunca me dejaste crear alas para ti

En vano es sólo lo que no trae respuestas ni produce un efecto,
un ultimo beso envenenado selló nuestro acuerdo
ahora, soy un perro en una jaula,
Pero en tu torre infinita verás al lobo de nuevo,
el perro se pudrirá para siempre
dejando las mentiras de lado,
a la muerte a un lado
y el perdón en el olvido

un aullido es la sentencia final para un lobo que cazó a su única presa.
No deseaste mi muerte, me dejaste respirar, me dejaste vivir.

No hay comentarios:

Publicar un comentario